Ya que todo fue dicho
Entre dos golpeteos de tu corazón
Entre tu piel y la mía cuando nos
estrechamos
En el trasudor del sonido durmiente de
nuestros sueños mezclados
Todo fue dicho, luego todo se calló
En una especie de éxtasis absurdo
Donde cada una de tus lágrimas
Me arañaban como caricias ásperas
Me quedan sólo los esqueletos de tus
sonrisas
Marchitos por las salpicaduras de
nuestros miedos
Y los silencios llenos
Así como tus pulmones cuando me
inhalabas,
Pero